El Parlamento ultima el trámite del nuevo Plan General Contable. Alfredo Ciriaco y Jorge Martínez, de Audihispana, explican las claves y los principales cambios de la reforma contable.
DiariodeNavarra.es (27.05.2007)
El Plan General Contable es el conjunto de normas, reglas y criterios contables por los cuales las empresas se rigen a la hora de formular sus cuentas anuales. Actualmente, el Parlamento está tramitando el que será el nuevo Plan General Contable. El cambio obedece al deseo de la Unión Europea de que las cuentas de todas las empresas de todos los Estados Miembros hablen un mismo idioma.
La importancia y calado de la reforma contable ha motivado que Foro Europeo y Diario de Navarra se unieran para patrocinar una jornada formativa a las empresas. La jornada se celebró en la sede de Foro Europeo, en Huarte, y a la misma asistieron representantes de más de 55 empresas.
¿Por qué se cambia el PGC?
El anterior Plan General Contable (PGC) data de 1990 (Real Decreto 1643/1990). En 2002, el Consejo de Lisboa (UE) abogó por una armonización de las normas contables de todos los países miembros. A esta inquietud dio respuesta con el reglamento 1606/2002 de la UE. España ha optado por legislar un Proyecto de Ley de Reforma y Adaptación de la Legislación Mercantil en Materia Contable para su armonización internacional con base en la normativa de la UE. Sobre este proyecto deberá de discurrir el futuro PGC.
¿En qué fase se encuentra el nuevo plan?
En trámite parlamentario. Cuenta con alrededor de 123 enmiendas, aunque muchas son de carácter semántico o de forma, según señalaron los dos expertos. El proyecto ya ha pasado por Congreso (22 de marzo de 2007) y, ahora, se encuentran en el Senado, para su debate. Entre tanto, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) colgó en febrero de su página web un borrador del PGC. Se prevé que entre en vigor el 1 de enero de 2008, aunque hay voces que piden que se retrase hasta 2009.
¿A qué empresas afectará la reforma?
Afectará a las cuentas anuales individuales de todas las empresas, con independencia de su tamaño o de si cotiza o no en algún mercado de capitales de la UE. Además, también afecta a las cuentas anuales consolidadas de aquellos grupos mercantiles que no tengan títulos admitidos a cotización. En cambio, no tendrá efecto alguno en las cuentas anuales consolidadas de aquellos grupos que por tener títulos admitidos a negociación en los mercados de capitales. Estas últimas deben ajustarse desde el 1 de enero de 2005 a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Dicho esto, los expertos indicaron que está en discusión y que hay verdadera vocación de que el nuevo PGC sea «podado» para las pymes. En ese debate, queda por dilucidar qué se entiende por pyme y que su definición sea válida en la UE.
¿Cuál es la esencia del nuevo PGC?
Hay muchos puntos importantes. Uno de ellos es la apuesta clara y decidida por el «fondo sobre la forma» a la hora de reflejar contablemente las transacciones económicas. En muchas ocasiones se trata de «vestir» una operación de una manera u otra para que lograr efectos contables distintos. Eso, según los expertos, no es admisible en estos tiempos.
¿Qué plan contable es mejor?
No son fácilmente comparables. Un plan contable es bueno si cumple con eficacia los objetivos con los que nace. Se puede criticar los objetivos, pero no un plan que es la herramienta para lograrlos.
¿Qué objetivos tiene el nuevo PGC?
El PGC del 90 tenía como objetivos principales la protección de los propietarios y la información excesivamente orientada a los acreedores y, por eso, el principio de prudencia ha jugado un papel protagonista a la hora de medir los resultados de las empresas. Los objetivos del nuevo PGC son bien distintos. Destaca la relevancia y fiabilidad de la información contenida en las cuentas anuales. Se trata de reflejar la realidad de la situación económica de la empresa. Va a haber tal nivel de información en las cuentas que cualquier lector de las mismas (por ejemplo, una sociedad de capital riesgo que quiera posicionarse en una empresa o, simplemente, cuando una empresa quiere conocer cómo se encuentra otra de la competencia) va a sacar muchísimas más percepciones y va a conocer realmente esa compañía: qué problemas tiene, en qué está invirtiendo, si está diversificando, riesgos asociados, etc... Para ello, se introducen dos estados financieros nuevos para facilitar su interpretación y análisis. Además, la prioridad principal ya no es exclusivamente la medición del resultado. El nuevo plan está muy interesado en cómo reconocer y valorar los activos y pasivos de la empresa y, por tanto, el balance comparte protagonismo con la cuenta de resultados por la clara preocupación financiera que tiene el nuevo PGC.
¿Cuáles son los principales cambios?
Hay dos pilares, que no estaban muy desarrollados en el Plan General Contable del 90 y que con el nuevo plan lo estarán. Por un lado, todo lo concerniente al régimen de reestructuraciones empresariales (fusiones, escisiones, etc) que desde comienzos de los 90 contábamos con un borrador emitido por el ICAC que 17 años después no ha conseguido eliminar el calificativo de borrador. Según los expertos, es insostenible que, en un contexto en el que las reestructuraciones empresariales son moneda de cambio habitual, estemos con tanta inseguridad. En segundo lugar, los instrumentos financieros. El plan del 90 tenía unas normas de valoración (criterios de contabilizar) muy sencillos. Actualmente, los activos financieros han crecido de forma exponencial y, por tanto, estamos en un entorno en el que utilizar productos estructurados, derivados, compuestos o híbridos no es referirse a productos extraños. Ahora estarán regulados. Digamos que el Plan General Contable del 90 no había evolucionado al ritmo que lo habían hecho los mercados financieros y hoy, existen en el mercado productos de lo más «esotéricos». Para ellos se dedica buena parte de la Norma de Valoración de Instrumentos Financieros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario