Sólo cuatro empresas son las garantes de la transparencia y verificación de la información financiera de las 266 principales compañías de los índices selectivos europeos. El absoluto dominio de las Cuatro Grandes auditoras, PricewaterhouseCoopers (PwC), Deloitte, Ernst & Young (E&Y) y KPMG, en las revisiones de los principales mercados de valores de Europa sigue sin verse amenazado.
Publicado el 07-06-2009 , por Lucía Junco
Tan sólo una firma se presenta como alternativa a las grandes auditoras. Mazars, la decimotercera auditora por facturación en el mundo, cuenta con cierta relevancia en el CAC 40 francés, donde revisa el 12% de la lista de empresas. Pero tan sólo aparece en este índice, mientras que en el resto de bolsas analizadas (Ibex 35, Dax 30, MIB 30, FTSE 100 y Dow Jones) no hay hueco para más que cuatro, salvo para BDO, que audita la minera Randgold, que cotiza en Londres.
En España, el control del Ibex 35 está en manos de Deloitte, que revisa el 42,8% de las cuentas del índice selectivo y el 42% del total del mercado continuo. Según el último estudio sobre Auditorías, publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en 2007, el 94,7% de los informes de las empresas cotizadas recibidos por el supervisor fueron emitidos por alguna de las Cuatro Grandes. De hecho, el grado de concentración en España es aún mayor si se tiene en consideración que el 64,2% de las revisiones ha sido realizada por sólo dos de las multinacionales.
Al igual que sucede en España, en la mayoría de los índices estudiados hay un claro dominador. En el mercado nacional, el peso de Deloitte responde a su proclamación como los sucesores de la desaparecida Arthur Andersen en el país. También son líderes en Francia, donde auditan el 35% de las compañías.
Sin embargo, no ha encontrado hueco en el Dax 30 alemán, en el que no revisa ninguna compañía. En este país, KPMG reina casi en solitario, con el 63% de las compañías como cliente. Teniendo en cuenta que es la cuarta firma por facturación del sector (en 2008, facturó 22.700 millones de dólares) el precio de las revisiones de las principales compañías alemanas no es suficiente como para alcanzar a la tercera de las auditoras por facturación, E&Y (24.500 millones).
La firma que preside Jim Turley (E&Y) es la segunda alternativa (después de PwC) en los índices italiano y en el Dow Jones americano, pero apenas tiene presencia en Francia y Alemania, donde audita el 2,5% y el 6,6%, respectivamente. En España, la compañía es la tercera auditora del Ibex 35, pero la cuarta por facturación.
PwC, la firma con mayor negocio en el mundo que, en 2008, facturó más de 28.200 millones de dólares, audita el 37,2% de las empresas de la bolsa londinense, lo que muestra que las raíces de la firma en su país de origen siguen vigentes. Tanto E&Y, como Deloitte, son de origen norteamericano, pero PwC es el líder del mercado anglosajón, porque además revisa el 50% del Dow Jones.
Las raíces francesas de Mazars también dan sus frutos ya que la firma gala cuenta con clientes como Lagardere, Schneider, Suez Enviroment y Bouygues. En su esfuerzo por colarse como alternativa a las grandes, Mazars anunció hace dos años una alianza con Moore Rolland International (MRI) denominada Praxitys y que buscaba potenciar la captación de clientes en mercados internacionales de ambas firmas.
Por sectores, PwC es uno de los principales revisores de la banca mundial, con clientes como Bank of America, Barclays, Credit Agricole, Lloyds, además del Popular y Sabadell. En este mercado, compite fuertemente con Deloitte, que audita a Société Générale, RBS, BNP Paribas, Banca Carige, Santander, BBVA, Banesto, Bankinter y BME. KPMG, por su parte, revisa a HSBC, Deutsche Bank, Citi y Banca Monte dei Pacci, entre otros. La firma que preside Denis Nally audita en España a los principales grupos constructores nacionales y a eléctricas internacionales como E.ON, RWE y ENI, entre otras.
En este negocio, KPMG tiene clientes de relevancia, como Enel, BHP, EDF o Total; mientras que E&Y, a Iberdrola y Deloitte, a Endesa. El sector de la automoción cotizada está más concentrado en Deloitte, con clientes como General Motors, Fiat y Renault. KPMG verifica la información de Daimler y Rolls Royce, mientras que PwC, Volkswagen. En telecomunicaciones, E&Y gana cierto terreno, con empresas como Telecom Italia, Telefónica y la estadounidensde AT&T.
El peligro
Los inversores y accionistas parecen reacios al cambio, a pesar de que incluso la Comisión Europea manifestara su preocupación por el alto grado de concentración del mercado auditor ante el temor de que vuelva a desaparecer alguna de las grandes. Sólo en los últimos diez años, ya sea por fusiones o por cese de actividad, el número de grandes jugadores se ha reducido a la mitad.
Aunque los presidentes mundiales de las Big Four han incorporado a su discurso a los responsables de las siguientes firmas por facturación en el mundo (BDO y Grant Thornton) a la hora de solicitar modificaciones legislativas, no se muestran tan dispuestos a abrirse en el mercado. Según el estudio elaborado por Grant Thornton hace dos años, las cuatro eran las responsables del 91% de las auditorías de las empresas cotizadas con una capitalización superior a los 507 millones de euros de las ocho mayores economías mundiales.
De hecho, el grado de concentración ha ido en aumento, teniendo en cuenta que hace cinco años, tras el reparto de Arthur Andersen, las grandes multinacionales del sector controlaban entre el 65% y el 70% del mercado mundial de clientes cotizados. Y todo ello, a pesar de los cambios normativos que impidieron que el auditor de una compañía prestara servicios de consultoría.
Ahora, los servicios que prestan estas firmas distintos al tradicional negocio de la revisión alcanzan casi el 50% de los ingresos de las compañías, siendo la consultoría el segundo departamento por facturación de estas firmas.
Reparto geográfico
En presencia internacional, también gana PwC, con oficinas en 153 países. Le sigue KPMG, en 144 y Deloitte, en 140. Las ramas internacionales de las cuatro compañías tienden, cada vez más, a unirse en un tronco común en función de las zonas geográficas, mientras que hasta ahora, la función de las filiales era más local. Estas multinacionales son redes internacionales que reúnen bajo un mismo paraguas de marca común a cientos de filiales de diferentes países.
Ellas defienden que una firma integrada supone emplear la misma metodología, tener una formación igual y seguir idénticos estándares de calidad en todas las oficinas. En principio, cada firma mantiene la propiedad y la independencia de gestión local. La integración jurídica a gran escala permitirá compartir beneficios y repartir costes, pero también la transferencia del riesgo.
E&Y fue la primera en realizar un cambio en sus fronteras el año pasado, al unir las 87 prácticas nacionales de Europa, Oriente Medio, India y África, en la unidad operativa EMEIA. Luego, PwC reestructuró la firma sobre tres pilares (América, Europa y Asia), si bien, está previsto que, el próximo año, se produzca una fusión mundial. KPMG, por su parte, anunció a mediados de 2008 la nueva KPMG Europe, formada por la fusión de las firmas alemana, británica, suiza y la firma española.
Las idas y venidas de las multinacionales
En 1987, Peat Marwick International (PMI) se fusionó con Klynveld Main Goerdeler (KMG) y crearon KPMG. Dos años después, Arthur Young, surgida en 1903, se unió a Ernst & Whinney, (firma que nació de la fusión de Ernst & Ernst y Whinney, Murray & Company en 1979), y creó Ernst & Young.
Price Waterhouse se unió con Coopers & Lybrand en 1998. Deloitte Hans & Sell no sefusionó con Touche Ross hasta 1990. No fue hasta 1993 cuando la firma pasó a denominarse Deloitte Touche Tohmatsu. El tercer nombre se incorporó por la adquisición por parte de Touche de Tohmatsu, en 1975. Parecía que las auditoras comenzaban a vivir un periodo de tranquilidad en cuanto fusiones.
Este sosiego duró una década. El 1 de abril de 2002, Enron hirió de muerte a Arthur Andersen y 85.000 "arturos" en 84 países se quedaron sin el paraguas creado por Arthur Andersen en Chicago en 1913. A pesar de otros escándalos contables como el de Parmalat o el reciente fraude en la empresa india Satyam (de unos 741 millones de euros), las cuatro siguen vivas.
Los negocios complementarios
En 2008, la facturación de estas firmas en el mundo alcanzó los 102.785 millones de dólares (alrededor de 75.000 millones de euros), un 15% más que el año anterior, gracias al impulso derivado de los negocios de la consultoría y el asesoramiento en transacciones y servicios financieros.
Mientras que en 2007, la auditoría seguía siendo el peso pesado de la primera de las firmas por facturación, el pasado ejercicio, en PwC, por primera vez desde la creación de la auditora, los negocios de consultoría financiera y asesoramiento fiscal y legal superaron más de la mitad de los ingresos (51%).
En casi todas las firmas, la facturación por consultoría creció en 2008 en el entorno del 20%, mientras todas las divisiones de fiscal y legal o asesoramiento en transacciones mostraron crecimientos de dos dígitos.
Aún así, la revisión de cuentas sigue siendo la principal fuente de ingresos de las firmas. Pero el peso medio de la auditoría se sitúa en el 47%, en las tres compañías que desglosan la auditoría de otros servicios (PwC, Deloitte y KPMG), casi tres puntos porcentuales menos respecto al año anterior (2007).
En España, cada vez es más patente el cambio de tendencia en el negocio de las firmas. Según el último ránking elaborado por EXPANSIÓN, tan sólo el área fiscal y legal mostró un crecimiento mayor que el registrado el al año anterior por estas compañías. En su conjunto, la facturación de las Cuatro en España creció un 15,7%, hasta 1.325 millones de euros.
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