La salida de Antonia Magdaleno, abogada y administradora en procesos concursales como Marsans y Martinsa, del bufete Broseta Abogados para montar su propio despacho generó un interesante debate en las redes sociales sobre quién es el 'dueño' de un concurso.
Mar, 26/04/2011 - 23:00
Expertos consultados aseguran que el concurso queda en manos del administrador independientemente del despacho en el que trabaja. El juez nombra a una persona física como administrador y no a una persona jurídica, como explica Leopoldo Pons, presidente del Registro de Economistas Forenses (Refor).
De hecho, la remuneración del cargo es para el propio abogado o economista aunque, cuando forman parte de un despacho colectivo, lo habitual es que facture la firma.
Por eso, la salida de cualquier profesional que esté ejerciendo como administrador concursal supone para el despacho, además, la pérdida de los concursos que estuviese atendiendo.
Es cierto que, según explica Pons, en uno de cada cuatro concursos no se cobra nada. Pero también hay procesos muy jugosos que ayudan a mejorar las cuentas de las firmas.
Reforma
Sin embargo, la reforma de la Ley Concursal, que da sus últimos pasos antes de ser aprobada, podría ayudar a que los despachos no pierdan estos asuntos.
Según el texto propuesto, el juez mercantil podrá nombrar un administrador concursal que sea una persona física, o podrá adjudicar las riendas del proceso a una persona jurídica (por ejemplo, una firma de servicios profesionales). Será la firma la encargada de nombrar un administrador concursal abogado y otro economista.
Sin embargo, en el supuesto de que alguno de estos profesionales decidiese abandonar el despacho, la administración concursal seguiría estando en manos de la persona jurídica que se encargaría de nombrar a otro profesional. De esta forma, el trabajo seguiría dentro de la firma y no se iría en la cartera del profesional.
¿Qué aspectos se tienen en cuenta a la hora de nombrar un administrador concursal? Juan Ferré, de Pluta Abogados, señala que "es un cargo donde tiene más importancia la persona que el despacho". Sin embargo, la existencia de una estructura también puede influir. Ferré destaca que, aunque sean concursos muy voluminosos, "con equipos de tres o cuatro personas que aporte cada uno de los administradores ya tienes un equipo de más de 10".
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