Hasta ahora, los auditores eran recibidos en la empresa con recelo, se les dejaba trabajar en una sala apartada y se les mantenía lo más alejados posible del día a día de la compañía. Pero las cosas han cambiado y muchas empresas esperan, incluso agradecidas, la llegada de los revisores de sus cuentas.
Publicado el 03-09-09 , por L. Junco
El papel que desempeñan los auditores como garantes de la transparencia de la información financiera cada vez es más valorado y más demandado no sólo por las entidades, sino también por los reguladores, los terceros que hacen uso de la información financiera y las administraciones públicas, que necesitan más seguridad en sus cuentas.
Los últimos informes del auditor en empresas en situación complicada como el Grupo SOS o La Seda de Barcelona, por ejemplo, han puesto de manifiesto que la información facilitada por estos profesionales determina el curso que va tomar el negocio de la compañía. “En el último año y medio, se ha acreditado que la auditoría no es un mero informe anual. La opinión pública y los reguladores han comprendido el valor de la auditoría de cuentas”, apunta Rafael Cámara, presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría Cuentas (Icjce, que representa el 85% del sector de la revisión de cuentas).
Ahora, las empresas que atraviesan dificultades consideran la revisión de sus cuentas “algo obligatorio” (en el caso en que no estén obligadas a revisar sus cuentas), porque “parte del informe que elabora el revisor contiene recomendaciones y la discusión de por qué se han emitido determinadas salvedades. Los auditores proyectamos a futuro el diagnóstico de la empresa y les establecemos una hoja de ruta con consejos y opciones aplicables para que la empresa continúe con su negocio sin lagunas en los procedimientos de control”, indica Cámara.
Seguridad
Desde marzo, con la presentación de los informes anuales, y durante el último mes, con la publicación de los informes semestrales, se ha puesto de manifiesto que los terceros que hacen uso de las cuentas de las empresas están “más atentos que nunca” a la opinión del auditor. “Ha quedado acreditado que la participación del auditor otorga mayor seguridad y, en los momentos de falta confianza, esta seguridad es imprescindible”, apunta el presidente del Icjce.
Los reguladores y los 'stackeholders' aumentan su interés por la opinión del revisor
También buscan la opinión del auditor las autoridades competentes en materia económica. Cada vez más, organismos públicos como la Dirección General del Tesoro, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) e, incluso, la Unión Europea están acudiendo a los auditores para que revisen el cumplimiento de las obligaciones exigidas en materia contable o que colaboren en la elaboración y evaluación de informes de control. Todo ello, sin descontar el incremento exponencial de su papel como administradores de procesos concursales, como el nombramiento anunciado hace dos días por parte de la CNMV de Ernst & Young como administrador de Dogi.
La recesión parece conllevar un cambio de mentalidad y de percepción de los auditores que hasta hace pocos años mantenían un trato limitado tan sólo a los directores financieros de la empresa auditada, mientras que eran los consejos de administración los que afrontaban el proceso de aprobación de las cuentas. En este sentido, según Cámara, el caso de SOS es significativo, en la medida en que se ha visto cómo los consejeros necesitaban obtener la opinión del experto, que es muy relevante para los propietarios de la compañía y los accionistas.
Transparencia
A pesar de todo, podría decirse que estas buenas prácticas llegan con un poco de retraso. “El Código Unificado de Buen Gobierno ya recomendó que el auditor estuviera presente cuando se presentaba la información al consejo. Como profesión, queda acreditado que conocemos los procesos de control y, por lo tanto, somos los más capacitados para identificarlos. Pero aún tenemos que avanzar más, porque tres de cada cuatro profesionales afirman que requieren más información en temas de riesgos operacionales”, apunta Cámara.
Aunque aún quede camino por recorrer, lo cierto es que las empresas sí están siendo más transparentes. Además de la mayor periodicidad en la presentación de información financiera, los informes semestrales son también más amplios. “Las compañías consideran que en crisis ganas cuando aportas seguridad, por lo que han optado por mejorar su información intermedia”, añade.
No obstante, aunque haya más información, ésta no siempre viene acompañada de mejores resultados. Muchos auditores se han visto obligados a mantener las salvedades reflejadas en el informe anual. Aunque se hayan producido cambios en el revisor de cuentas, éste no puede eliminar fácilmente las salvedades que otro revisor ha emitido en la auditoría, ya que el tiempo transcurrido entre los informes puede ser breve.
Con mira telescópica
- Se está produciendo una mayor publicidad de la información financiera de empresas no obligadas a auditor sus cuentas.
- Aumenta la revisión de los resultados semestrales.
- Crece la demanda de evaluaciones del control interno, así como las solicitudes para mejorar la gestión contable.
- Los expertos independientes ganan protagonismo en los procesos de reorganización, porque aportan seguridad sobre los valores de canje.
Un buen trabajo: KPMG en Sos
En el informe anual de las cuentas del Grupo SOS, elaborado por KPMG, la auditora advirtió que existía “incertidumbre” sobre la continuidad de la compañía si no refinanciaba su deuda.
Este informe puso al descubierto la existencia de deudas a largo plazo por importe de 676,8 millones de euros. Posteriormente, el consejo de administración del grupo encargó más información a KPMG sobre el crédito de 212,7 millones de euros que la compañía otorgó a Condor Plus, una sociedad vinculada a los hermanos Salazar y que determinó su destitución.
Anomalías en la seda
La firma presidida por John Scott es también la revisora de las cuentas de La Seda de Barcelona. En las cuentas de esta compañía, KPMG afirma que el grupo realizó transacciones presuntamente irregulares con tres empresas participadas por un ex empleado de la compañía.
El informe descubre que La Seda contabilizó ventas sobrevaloradas en los últimos dos años para evitar pérdidas contables, además de considerar que el grupo incurrió en gastos desproporcionados.
Salvedades inmobiliarias
La inmobiliaria Amci Habitat no ha conseguido presentar un informe limpio. Las dificultades que atraviesa el sector dificultan que, aunque se haya cambiado de revisor, se eliminen las salvedades. Hasta 2008, las anteriores cuentas del grupo eran auditadas por BDO.
Pero la contabilidad correspondiente al primer semestre al año ha sido revisadas por Ernst & Young, que ha mantenido la salvedad introducida por BDO, ya que la firma depende de la refinanciación de la deuda para su futuro. La inmobiliaria Aisa, auditada también por BDO, sigue sin despejar las salvedades en relación con la fusión con Fergo.
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