
El mapa de Grados adaptados a Europa refuerza la rama empresarial frente a los estudios de Economía.
MARTA FDEZ. VALLEJO | SAN SEBASTIÁN.

La hasta ahora decana no quiere que su decisión pueda deteriorar «la imagen positiva» de esta facultad vizcaína, uno de los buques insignia de la UPV. «Considero que ha finalizado una etapa, llevo tres años y medio en el cargo y se han aprobado ya los nuevos estudios de Grado. Creo que otra persona los debe poner en marcha», se justificó.
Sin embargo, algunos profesores de Sarriko relacionaban la renuncia con la configuración de una nueva oferta de títulos en la que se ha dado más peso al área empresarial frente a la rama económica, en respuesta a la clara demanda del alumnado. Las dos licenciaturas actualmente en vigor, Administración y Dirección de Empresas y Economía, se han transformado en cinco Grados. Cuatro son del área de gestión empresarial: Administración y Dirección de Empresas, Marketing, Finanzas y Seguros, y Administraciones Públicas y Fiscalidad. A ellas se suma el Grado en Economía.
Votación
El momento en el que se produce la dimisión, en mitad del curso, y las circunstancias - justo el día en el que se aprueba el mapa de estudios adaptados a Bolonia- avalan la teoría de que la decisión de Gallastegi está relacionada con una postura crítica ante una oferta de títulos que marcará el futuro del centro y el de sus profesores. La propuesta obtuvo el respaldo de la mayoría de los miembros de la junta de Sarriko, pero no hubo unanimidad: 26 votos a favor, 14 en contra y 7 papeletas en blanco. «En todos los procesos de reforma hay bajas», reconocía ayer Gallastegi, que pertenece al área de Economía. La votación en la Junta de Facultad dejó en evidencia, en todo caso, que hay un sector crítico con el diseño de los futuros Grados.
No es extraño que se produzcan movimientos internos, recelos y tensiones en la comunidad universitaria cuando se acomete una reforma de este calibre. La UPV no sólo está transformando licenciaturas en Grados. Va a poner en marcha nuevos títulos y cerrará otros, en función de las necesidades sociales y empresariales y de la demanda. Es un momento clave para los departamentos, que pueden perder peso o ganar fuerza. Los docentes se juegan su futuro profesional en este ajuste de los programas universitarios al proceso de Bolonia. Un ejemplo claro ocurre en la Facultad de Letras de Vitoria. Si desaparecen las filologías clásica, hispánica, francesa y alemana por escasez de alumnos, los setenta docentes de estas especialidades tendrán que reciclarse. La UPV los dedicaría a la investigación o a tareas de gestión.
La Facultad de Sarriko no tiene problema de matrículas. Es el centro con mayor número de estudiantes de la UPV: 3.340. Sólo la Escuela de Ingenieros se le acerca, con 3.072. Pero esa cifra de alumnos está repartida de forma desigual entre las dos especialidades que funcionan actualmente en el centro. El pasado curso más de 600 alumnos comenzaron primero en la licenciatura de 'empresariales', frente a los 77 que se matricularon en Economía.
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