La falta de liquidez atasca las declaraciones de SociedadesLa crisis marca el proceso. Muchas empresas, sobre todo inmobiliarias, piden aplazamientos. Deben dar cuenta de 2007 de los problemas que sufren ahora.
Publicado el 24/07/2008, por M. Serraller
Las empresas y sus asesores tributarios han entrado ya en la cuenta atrás para entregar la declaración del Impuesto sobre Sociedades del ejercicio de 2007, proceso que este año está marcado por la coyuntura económica: hay que rendir cuentas de un buen 2007 con los problemas de liquidez que se sufren ahora, muy especialmente en el sector inmobiliario.
El plazo vence mañana, y para las comunidades en que es día festivo, como Madrid, el próximo lunes 28. Los expertos coinciden en que las peticiones de aplazamiento van a ser muy numerosas, lo que, unido a quienes presentan su declaración a última hora, está generando un atasco considerable.
Daniel Aroca, director del Área Fiscal de BDO Abogados y Asesores Tributarios, cuenta que se están solicitando muchos aplazamientos. “Muchas empresas están renovando créditos, y acuden al banco, pero no se lo renuevan: a los problemas de su actividad ordinaria se suma el impacto fiscal de 2007”, dice.
En cuanto a las novedades, señala al tipo impositivo, que se ha reducido paulatinamente al 30% y, para pymes, es del 25% por los primeros 120.202,42 euros, y del 30% en lo que supere esta cifra. “La filosofía europea es simplificar, se desincentivan las actividades que deducen y se juega con el tipo impositivo más que con los incentivos, frente a lo que hacía España, que podían atentar contra la competencia”, comenta.
A su juicio, uno de los problemas más habituales es que las sociedades no aplican bien los tipos y no aprovechan posibles deducciones, como utilizar vehículos que respeten el medio ambiente.
Pero la deducción estrella es la de reinversión, que sufrió modificaciones en la Ley de la Reforma Mercantil de julio de 2007, y se atenuó: en vez del 32%, es del 18%. Aroca insta a “controlar la reinversión por formación y todas las facturas de idiomas”.
En esta línea, Enrique López Corrales, socio de Ernst & Young Abogados, recuerda la Resolución del TEAC de 16 de marzo de 2003 permite que los gastos por formación no sólo deduzcan por el importe propiamente dicho, sino que se incluya lo que se ha invertido en desplazamiento, alojamiento e, incluso, por contar con un departamento que se dedique en exclusiva a la formación. “No va por ley, pero nuestros clientes lo están aprovechando”, asegura. Todo ello, teniendo en cuenta que se está desincentivando la formación, que ya se encuentra entre el 4% y el 8%.
Así, entre las novedades de este año, destaca que se ha reducido el beneficio por la exportación, dentro del compromiso del Gobierno de eliminarlo entre 2010 y 2012.
Además, López Corrales certifica que “hay una gran atasco de última hora, ya que muchos mandan la información en mayo pero, por falta de recursos, algunos departamentos de contabilidad dejan la declaración para el último momento”.
Y apostilla: “Como muchas sociedades tuvieron resultados positivos en 2007, ahora tienen que hacer pagos considerables y no tienen liquidez”, lo que certifican otras fuentes consultadas. La Agencia Tributaria prefiere esperar a la semana que viene para hacer valoraciones.
Por su parte, Ricardo Gómez-Acebo, socio de Fiscal de Deloitte, reseña que se están pidiendo aplazamientos y fraccionamientos, situación que alivia el que sólo tienen que pagar quienes tienen beneficios y que se hacen muchos pagos adelantados.
Propuestas para ejercicios futuros
Ricardo Gómez-Acebo, socio de Deloitte, mira al futuro y señala que en el próximo ejercicio se aplicará el nuevo Plan General Contable (PGC). Ante la coyuntura económica, Gómez-Acebo recuerda que, en España, las sociedades que tienen pérdidas no pagan, sino que, en el ejercicio siguiente, si obtienen beneficios, compensan las pérdidas del año anterior. Cuenta que, en otros países, existen medidas contrarias a la española, orientadas hacia el pasado.
Es decir, si un año se gana y el siguiente se tienen pérdidas, se compensa con lo que se obtuvo en el ejercicio bueno. Por ejemplo, tomando un índice del 30%, quien gane un año 100 y pague 30, si el año siguiente pierde 100, le devuelven 30. Gómez-Acebo dice que se ha contemplado introducir reformas que implementen medidas de este tipo: “Es cuestión de ayudar a las empresas en momentos de falta de liquidez”, explica.
Este experto recuerda que el Gobierno prepara un anteproyecto de ley que suprima el Impuesto sobre el Patrimonio y que fije los efectos del nuevo PGC. Por otra parte, José María Echeverría, socio de Cuatrecasas, advierte de que compensar con beneficios futuros, a imagen de otros países, “plantea dificultades prácticas no insolventables, como la devolución de impuestos a posteriori, que nuestra tradición no contempla”.
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