viernes, 25 de julio de 2008

elEconomista.es: El auditor de Fadesa no detectó riesgos financieros

El auditor de Fadesa no detectó riesgos financieros en las últimas cuentas
La auditoría es como una radiografía de una sociedad, donde se ven todos los huesos que conforman ese esqueleto y donde se puede detectar si alguno de esos huesos no está en su sitio correctamente. En este caso, el médico sería el auditor, que es el encargado de apreciar cualquier anomalía en una empresa. Pero no siempre es así. Por lo menos, este es el caso de Martinsa-Fadesa, cuya enfermedad financiera se le escapó a su auditor, Ernst & Young.
Carmen Canfrán | 22:00 - 25/07/2008

En el informe de las cuentas consolidadas correspondientes de 2007 de la inmobiliaria de Fernando Martín, la firma no destaca ningún riesgo financiero, tal y como se aprecia en el documento. Algo sorprendente si se tiene en cuenta que el informe se emitió el pasado 8 de mayo y, dos meses más tarde la promotora ha presentando un concurso de acreedores voluntario por no conseguir un acuerdo con los bancos para refinanciar su deuda que asciende a 6.000 millones de euros.

Sin salvedades
Este hecho es más sorprendente si se hace una comparación con las auditorías de las inmobiliarias que se encuentran con dificultades financieras. En sus respectivos informes anuales, el auditor ha incluido salvedades que ponían de manifiesto la situación crítica de las compañías. Por ejemplo, este es el caso de Aisa, Afirma Grupo Inmobiliaria, Reyal Urbis, Colonial, Urbas Guadahermosa y Habitat.

"El informe de auditoría sobre Martinsa-Fadesa, emitido por Ernst & Young el 8 de mayo de 2008 es posterior al acuerdo de refinanciación (7 de mayo) alcanzado por la empresa con las entidades acreedoras. Tras ese acuerdo y según reflejaban las cuentas, la empresa contaba en aquel momento con un fondo de maniobra sobradamente positivo", señaló a este diario un portavoz de la firma.

Tras estas declaraciones uno se puede preguntar por qué el auditor no destacó que el acuerdo de refinanciación dependía de un último requisito. Y es que la condición para sellar ese pacto con las entidades financieras era lograr un préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) por valor de 150 millones de euros. Un préstamo apalabrado, pero no concedido por escrito. Lo lógico sería que el auditor hubiera reflejado este aspecto, porque si no se conseguía ese crédito, el acuerdo de refinanciación se caía como un castillo de naipes. De hecho, es lo que ocurrió la semana pasada.

Deloitte si cuestionó la solvencia de Reyal Urbis
Hay otro caso similar al de Martinsa-Fadesa, que es el de la inmobiliaria Reyal Urbis. En la auditoría de las cuentas de 2007 de esta inmobiliaria, Deloitte explica que la sociedad ha realizado transacciones relacionadas con acciones de Inmobiliaria Colonial. La firma explica que como consecuencia de dichas operaciones, se ha generado un beneficio antes de impuestos de 131 millones de euros, pero precisa que en el balance incluye cuentas pendientes de cobrar a deudores. "Debido a las actuales condiciones de los mercados inmobiliario y financiero, existen incertidumbres en relación con la forma y plazo de recuperación de cuentas a cobrar por importe de 298 millones de euros", indica el informe.

Lo que está claro es que Deloitte no duda en poner en el aire el cobro de 298 millones de euros. ¿Por qué Ernst & Young no cuestionó también el crédito del ICO si todavía no estaba concedido? Por otro lado, la firma dice que el fondo de maniobra de la promotora era amplio, lo lógico es que si hubiera sido de esa manera, la compañía no se hubiera visto abocada a presentar una suspensión de pagos.

Tampoco, Ernst & Young hizo alguna referencia en el informe a las condiciones del acuerdo de refinanciación, como la venta de un determinado número de viviendas. Una cifra que tampoco Martinsa-Fadesa cumplía ante el parón del mercado residencial en España. ¿Por qué no lo notificó el auditor? Está claro que la firma no hizo un buen chequeo del cuerpo de Martinsa-Fadesa que le permitiera pronosticar la enfermedad de la compañía presidida por Fernando Martín.

Otros casos
Como se aprecia al principio, el caso de Martinsa-Fadesa es la única excepción que se puede encontrar en las auditorías de 2007. Pues otras firmas no han dudado en resaltar y destacar los riesgos financieros por los que atraviesan las principales inmobiliarias. Y no es para menos, ya que una auditoría es como una biblia, casi sagrada.

En el caso de Colonial, de nuevo Deloitte matiza el riesgo de la inmobiliaria de quedarse sin liquidez ante el retraso del plan de venta de activos y explica que la compañía ha pedido aplazar un pago de más de mil millones a las entidades financieras. En Urbas, la misma firma cuestiona la capacidad de la sociedad para recuperar los activos y liquidar los pasivos por los importes que señala en la cuenta. Es decir, que pone en duda si la compañía es capaz de vender sus activos por un determinado precio que le permitirán amortizar deuda. A su juicio, el éxito de esa operación dependerá de las alternativas adoptadas por los administradores de la promotora.

Afirma también entraría en esta lista. En este caso el auditor es Pricewaterhouse, quien pronostica la debilidad de la situación financiera de la promotora, pues su crédito a largo plazo pasó a corto plazo al incumplir unas condiciones del contrato. No obstante, matizó que la compañía estaba renegociando esas condiciones con las entidades financieras. Estos ejemplos demuestran que a Ernst & Young se le escapó lo principal en el chequeo a Martinsa Fadesa.

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