lunes, 15 de enero de 2007

elMundo.es: Una auditoría de Air Madrid revela que en 2004 ya estaba en "causa de disolución"

Una auditoría de Air Madrid revela que en 2004 ya estaba en "causa de disolución"
  • Indicaba a la aerolínea que había incurrido en tales pérdidas que, por ley, sólo le dejaban esa salida
  • Exigía a sus dueños ampliar capital
Actualizado lunes 15/01/2007 10:03 (CET)
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ANA LORENZO| MERCEDES GOMEZ (EL MUNDO)

MADRID.- La firma KPMG alertó, en septiembre de 2005, de que Air Madrid se encontraba en «causa de disolución». Una conclusión a la que llegó tras auditar las cuentas de la aerolínea de 2004, el primer año de funcionamiento de la compañía presidida por José Luis Carrillo y que en diciembre pasado suspendió su actividad.

El auditor explica en su informe que la sociedad inició en ese ejercicio su actividad comercial (30 de mayo) mediante el arrendamiento de dos aeronaves. Sin embargo, la empresa ya había incurrido en tales pérdidas (6,59 millones de euros) que hicieron que los fondos propios fuesen inferiores a la mitad del capital social y que, por tanto, su fondo de maniobra, resultase negativo. Una situación que, para KPMG, implicaba que Air Madrid sólo podía continuar con su actividad si, de forma inmediata, lograba «generar los beneficios necesarios para reestablecer la situación patrimonial», y obtenía el «apoyo financiero de sus accionistas».

A pesar de su debilitada situación, la compañía logró que las autoridades le renovaran la licencia para operar, cuando el auditor ya reflejaba en su informe que las cuentas anuales del ejercicio 2004 expresaban «la imagen fiel del patrimonio y de la situación financiera de Air Madrid», pero con una grave salvedad: la «incertidumbre» que pesaba sobre el futuro de la empresa al no conocerse el «desenlace final» de los «ajustes» que debía efectuar para salvarse de la insolvencia.

En contra de la ley
KPMG, que sólo auditó las cuentas de 2004 tras pasar el testigo a BDO, apunta que los fondos propios de Air Madrid eran, al cierre de ese año, de 2,409 millones de euros, «importe que está por debajo de la mitad de la cifra del capital social, por lo que la sociedad se encuentra en causa de disolución, de acuerdo con la Ley de Sociedades Anónimas», según el informe al que ha tenido acceso este diario.

Ante un hecho de tales característas, la ley obliga a los administradores a convocar junta general de accionistas en un plazo de dos meses para que se acuerde ampliar capital. Precisamente, el 14 de diciembre de 2004, la empresa decidió dos ampliaciones por seis millones de euros en total. Operaciones que implicaron la toma de control del 100% de la aerolínea por parte de Carrillo. Fue el día 21 de ese mismo mes cuando, a través de la sociedad Optursa Management, el empresario adquirió el 80% de la compañía. El 20% del capital restante lo compró, a título personal, a dos de las empresas de los antiguos dueños: Herpil -del empresario y fundador de Air Madrid, Herminio Gil- y Promociones El Encinar. Carrillo, además, estampó su firma en las cuentas anuales de ese año.

La auditora describe que los administradores de Air Madrid no esperaban tener problemas de liquidez, puesto que para el ejercicio de 2005 habían formalizado pólizas de crédito por tres millones de euros de límite. Además, también se hacía eco de que el accionista mayoritario, Optursa Management, tenía intención «de prestar apoyo financiero para garantizar la continuidad de las operaciones de la sociedad». A este respecto, el informe recuerda que el hotelero mallorquín había previsto «realizar una aportación dineraria para reponer pérdidas con el objetivo de restablecer el equilibrio patrimonial antes del 31 de diciembre de 2005». Para ese año, sin embargo, la empresa contaba con unas pérdidas estimadas en 3,7 millones de euros. Y tenía el compromiso de sellar más contratos de arrendamiento de otros tres aviones, que estarían garantizados por el principal inversor. Con estas promesas, Air Madrid preveía ganancias de 4,9 millones en 2006 gracias a la «consolidación de las rutas operadas en el tercer año de explotación».

La realidad ha sido otra bien distinta: la empresa, que incluso podrá tener el control de la gestión de las cuentas en el proceso concursal -antigua suspensión de pagos-, ha reconocido un desfase patrimonial de 94 millones de euros.

Esta situación se ha producido por la estrategia de la empresa que el informe de auditoría desveló hace dos años. Entonces, Air Madrid mantenía una cuenta pendiente de cobro con Alada Tours por 2,32 millones de euros. Esta compañía, que operaba como agencia de viajes mayorista, fue constituida por la aerolíena en enero de 2004. Según la memoria, estaba previsto que Alada devolviera ese importe cuando generase «fondos suficientes». Además, los administradores estimaban que, con la consolidación de las rutas operadas, «conseguiría resultados cercanos a cero en 2005 y positivos en 2006». Sin embargo, este touroperador, que ha comercializado los paquetes turísticos en conexion con las plazas de avion de Air Madrid, se ha visto obligado a cerrar por la situación de insolvencia de la aerolínea.

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